No somos nadie... nada, un puñado de recuerdos echados al hombro, y que decimos que nos acompaña sólo porque pesa un poco.
No somos más que el polvo que cubre por las mañanas la mesita de noche: una acumulación cansina, una inercia, que sólo existe porque no sabe cómo dejar de hacerlo... o, si lo sabe, vive como si no.
No somos nadie, y en esa constatación, encuentro yo mi consuelo.
¿Tú no?
Escrito por Proteo a las 21 de Enero 2004 a las 02:10 PM