28 de Abril 2004

Yo seré tu espejo

“Escucho tu silencio. Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti. Eres.
Me basta”

A. GONZÁLEZ


Amiga
extraña, improbable
compañera por falta de ocasión,
sublime ausencia:
este de aquí, tu interlocutor
parpadeante
(un día sí, cuarenta no)
tiene algo que anunciarte.

YO SERÉ TU ESPEJO,
es decir, que seriamente pienso
reflejar trozo a trozo toda tu imagen.

Si se agua tu entrecejo
con visiones tortuosas por el día
transcurrido entre patanes,
voy a darte la infusión
que los lave y que te aclare
tu sólita mirada cristalina.

Cuando no alcance tu denuedo
para acabar con la jornada
polvorienta y cafre, este yo
lejano y débil que me considero
te imbuirá de su esperanza
—que no es suya, sino parte
de la que sobra en el cielo,
y aquí abajo se comparte.

Cuando batas las marcas
humanas del convencimiento
con tu retórica florida,
yo seré tu público entusiasta
(el del palco y el del gallinero),
la claque que te aísla
de los látigos de la crítica:
la dialéctica tiene su momento,
sí, pero no es este.

Si caes rendida,
he de tumbarme a tu lado
(a una distancia prudente)
para entonar
canciones de amor y de guerra:
amor a lo humano
y guerra, al capital.

Cuando pidas sal,
yo picaré piedra.
Si quieres tabaco,
le daré al pedernal
de afilar monedas.

Sea como fuere
(intermitente
o constante,
por una sola vez
o permanentemente)
yo he de ser,
si así lo quieres,

el eco exacto de tu voz

—perecedera, o no:
eso, ¿quién lo sabe?
El tiempo es un rumor
de sólo medias verdades.

Escrito por Proteo a las 28 de Abril 2004 a las 07:49 PM