30 de Abril 2004

El hilo de Ariadna

De un único verso
no solicitado (seminal
incursión en la tierra natal)
se devana el poema entero:

sólo hay que tirar del hilo
para que vayan cayendo
las palabras —fruta madura
en nuestro plato ardiendo:

alimento ideal para Teseo,
promesa oscura para Ariadna.

Entre el laberinto
y la dueña del ovillo
subsiste una amenaza
mutua que viene de más lejos.

Escrito por Proteo a las 30 de Abril 2004 a las 12:17 PM