Esfera,
la de la verdad rodante:
tu lisura no es excusa.
Puestos a detenerte
o a reducir la velocidad,
siempre podrías optar
por la tangente liberadora,
o por la curva que frustra
las directas trayectorias
hacia la nada absoluta.
Pero no: tú debes continuar
fiel a tu esencia circulante,
acicate y tortura
de quienes te queremos.
Tu naturaleza es más fuerte.
Te lleva hasta el extremo
de ti, te hace más pura y,
dura o madura,
siempre vence.