Con los ojos gachos,
centrados sólo en lo suyo
pues es lo suyo caerse
hacia un único lado
aguardo tu primer error,
el momento inaugural
en el que mires, me mires
y yo comience a relucir.
Mientras tanto, te contemplo
con calculada ambigüedad:
llamándote a gran distancia
pero alejándote por dentro.
Tu ignorancia es mi sopor.
Escrito por Proteo a las 13 de Mayo 2004 a las 01:53 PM