Tu identidad y mi diseminación cumplen una misma función escrutadora.
Oponiéndonos, nos atamos con un nudo que ninguna negociación haría más fuerte.
Miro tu flor: gira.
Observa las vueltas que doy yo: permanezco estático.
Siempre nos estamos rehuyendo, y al cabo nos encontramos.
Será nuestro destino desdoblándose a lado y lado del mismo espejo roto.
Será nuestra extraña forma de cuidarnos el uno del otro, sin dejar de seguir (para siempre) separados.
Escrito por Proteo a las 23 de Noviembre 2004 a las 01:59 PM