28 de Septiembre 2004

LABERINTO

La maraña de recodos.
El obstáculo insalvable.
Una traba, dos, doscientas,
doscientas mil, dos puñados
o ninguna.
Caer o desliazarse.
Alternar las jornadas afables
con bestiales hambrunas.
Darse de morros.
Ir en volandas. Sufrir en balde.
Caminar a oscuras
por senderos tenebrosos y,
en un instante,
acceder a la llanura.
Cobrar altura poco a poco,
llegar muy lejos,
beberse el aire,
dar las gracias
y rodar
otra vez dentro del pozo.

Revolverse, porfiar,
ver, desconfiar, ser un poco
cafre, mostrar las uñas
(típica estrategia gatuna),
emerger fuera del lodo,
nuevamente el gran viaje:
subir, bajar,
tenerse en pie,
irse arrastrando,
encontrar oro.
Gastarlo:
gastarse.

El desgaste está cantado.
Si esto, en puridad, nunca ha empezado,
¿por qué tendría que acabar?

Escrito por Proteo a las 1:30 PM

MALA RACHA

Mala racha: palabras
que no se avienen
o no encuentran su lugar.

Visiones parcas,
rimas nada fluidas
o demasiado rígidas
como para echar a bailar.

Frases poco inocentes,
bífidas (por un lado,
la intención
y por otro, el referente).

Reverencias insípidas
a un muy dudoso don.
Entusiasmo gris
o excesivamente verde.
Ensalmo pocho,
ruin: estertor,
ducha fría,
pulso temblón,
verbo que se estira
pero no avanza,
reiteración,
monomanía
sin himno ni canción,
calma
chicha.

Tundra, sabana, extensión
muy limitada
sin hondura ni elevación,
tamiz que no filtra nada,
insipidez, abulia,
desamor.

Si aquí algo falla,
he de ser yo
(del orbe entero
su seguro receptor).

Escrito por Proteo a las 1:28 PM

23 de Septiembre 2004

EL FLAGELO DE LA CARNE

El flagelo de la carne
es el insecto,
la rapaz
insidia
de aspirar
—a más o a menos,
es igual:
su perfidia
de caníbal falaz
no da tregua al pensamiento.

Su tormento
es la constante
alteridad:
no-más-allá
(él bien lo sabe).

Escrito por Proteo a las 1:40 PM

17 de Septiembre 2004

FALSOS SUPERVIVIENTES

Esos bultos erguidos que veis caminando por las aceras de ciudades imantadas de orín

Esas siluetas perfectamente recortadas sobre un fondo gris

Esos músculos, esas fibras, ese acúmulo de órganos y detritos contenidos en un esfuerzo infrahumano por contravenir al dictado supremo

Ese arrastre de cadenas, chirriantes y opacas, retumbando por avenidas atestadas y plazas desiertas donde nadie descansa

Esa pose de funámbulo que trata de guardar el equilibrio en tierra firme

Ese aspaviento infausto de cadáver que no va a resucitar

Esa presunta versatilidad para adaptarse, cuando opone en realidad todas sus fuerzas contra el viento bueno —el que conduce hacia la puerta de salida

Ese cambiar por cambiar, por no plegarse a la evidencia de que una sola ley nos gobierna, y es indeformable

Ese andar equívoco, ese movimiento de un cuerpo falsamente ambiguo, pues no conoce (aunque no ignora) la marca que lleva grabada en la etiqueta

Ese rastro que se desvanece y no perdura

Ese ademán de rostro fiero que llora sólo para adentro, pues no trasciende

Esa supervivencia que nunca es tal, sino pereza: a asumir la propia vida, a dejarse llevar por la suave decantación, a ser arrastrado dulcemente en dirección desconocida…

Ese miedo a perderse… a recobrarse en otra dimensión… a ser de otra manera… más densa… menos… aparente…

Escrito por Proteo a las 12:55 PM

4 de Septiembre 2004

COSAS QUE NO NECESITO

Vacaciones (yo no trabajo).

Un trabajo (prefiero integrarme en el decurso anónimo y vacante de la Creación que hacerlo en el sangrante mercado laboral).

Familia (los árboles son mis hermanos).

Amigos (las piñas me dan conversación).

Esposa (como el pájaro, yo canto al vacío desde mi propia rama).

Amantes (¿para qué, si me he castrado?)

Lujos (lo necesario, para mí, ya es demasiado).

Una casa propia (llamaré hogar al lugar donde apoye mi cabeza).

Una segunda residencia (tengo miles: una para cada noche del año).

Hipotecas (lo que tengo, o me ha sido regalado, o lo he tomado prestado).

Nómina (mi nombre no lleva aparejada ninguna cantidad).

Medios de locomoción (que no sean mis propias piernas).

Fuerza (o sólo la mínima imprescindible para defenderme del agresor).

Alguien que me admire (me gusta más admirar, ni punto de comparación).

Enemigos (aquí se demuestra mi escasísima relevancia social).

Modelos a imitar (tengo mi propia horma y sé dónde me aprieta el zapato).

Normas que obedecer (soy muy autodisciplinado, se lo juro, señor juez).

Exponer mis opiniones (o sólo de vez en cuando, qué quieres, yo también soy humano, o eso parece).


COSAS QUE SÍ NECESITO


Empezar de cero cada día (lo que excluye cualquier clase de herencia).

Amar (aunque sea a lo increado).

Concebir proyectos quiméricos (que nunca querré alcanzar).

Mantener cierto nivel de devoción (bien sea a lo divino, bien a lo humano).

Soñar por los cuatro costados (si es posible, con los ojos abiertos).

Preservar mi cuerpo de influencias extrañas (como la de la publicidad).

Sobrevivir con cuatro alimentos esenciales (y, acaso, un caprichillo venial).

La música (la que me dan y la que devuelvo).

Escribir a mano (y a máquina también, pero no las prendas delicadas).

Leer de vez en cuando (sobre todo, poesía: lo demás, es porquería).

Mirar con los ojos, caminar con los pies, estar abierto, dejarme llevar (todo ello, en su justa medida y según ciertos protocolos de actuación que sólo yo conozco, y que no voy a revelar: soy humano, pero no tonto).

Escrito por Proteo a las 2:03 PM