... todo el día dando vueltas sobre el mismo eje...
... alejándote del centro y regresando, cobrando más y más velocidad que no sirve para desplazarte, pero sí para marear...
Noria, tú me levantas hasta donde ya estás, sin dejar de abandonarme a donde me encuentro yo.
Imagen de José Luis Trullo
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joseluistrullo@mixmail.com
"... otra es la ley de las esponjas..." (A. GAMONEDA)
Otra es la ley de las esponjas: no en vano, ellas son las absorbentes, las que todo lo chupan.
Otra es la su ley, para las que dicen que sí a todo, sin excluir a nada ni a nadie, ni siquiera al impostor, ni siquiera al que no sabe.
Otra es la naturaleza de la esponja: su no-identidad es su patrimonio, la forma en que nos superan y como, al envidiarlas, nos elevan hasta ellas.
Otra es la esponja: otro su ser,
ignoto e incalcanzado.
El bombero sólo piensa en fuegos
en torres que arden y chisporrotean
en árboles centenarios convertidos en teas
en cables de alta tensión cayendo al suelo
en ríos de lava artificial
en presas desembalsando llamas
en antorchas, en coronas flamígeras
ciñendo su frente helada,
su pulso frío, su mísera
elucubración glacial,
en la distancia.
Ambiciono una quimera
si es posible arborescente o,
en su defecto, que no se pueda talar:
un gran ensueño redondo
con salidas por todos lados:
una entelequia
del pensamiento al contactar
con los siete sentidos capitales
una ilusión, un espejismo,
un desorden de la sensibilidad
exacerbada por el pensamiento
un signo ambiguo
que no diga nada y todo lo permita
adivinar
un gesto remoto
un guiño amigo
una obsesión:
el rango exacto de la charada
al mutar en fundamento.
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(Con permiso de Rodó)
"REFORMARSE es vivir... Y desde luego, nuestra transformación personal en cierto grado ¿no es ley constante e infalible en el tiempo? ¿Qué importa que el deseo y la voluntad queden en un punto si el tiempo pasa y nos lleva? El tiempo es el sumo innovador. Su potestad, bajo la cual cabe todo lo creado, se ejerce de manera tan segura y continua sobre las almas como sobre las cosas. Cada pensamiento de tu mente, cada movimiento de tu sensibilidad, cada determinación de tu albedrío, y aun más: cada instante de la aparente tregua de indiferencia o de sueño, con que se interrumpe el proceso de tu actividad consciente, pero no el de aquella otra que se desenvuelve en ti, sin participación de tu voluntad y sin conocimiento de ti mismo, son un impulso más en el sentido de una modificación, cuyos pasos acumulados producen esas transformaciones visibles de edad a edad, de decenio a decenio: mudas de alma, que sorprenden acaso a quien no ha tenido ante los ojos el gradual desenvolvimiento de una vida, como sorprende al viajero que torna, tras larga ausencia, a la patria, ver las cabezas blancas de aquellos a quienes dejó en la mocedad"
JOSÉ ENRIQUE RODÓ, Motivos de Proteo
Nunca me sentí más acompañado como rodeado de nadie por arriba, nadie por abajo
Fue entre la multitud, cuando supe del regusto de la derrota
Fue rodeado de extraños como yo, de anónimos como yo, que descubrí la infinita desolación que proporciona un semejante
Fue entonces, en plena plaza pública
Fue allí, a las doce del mediodía
Fue así que me di a la locura de romperlo todo (el cable, los papeles, el semiconductor que me mantenía magnetizado a la patraña de la comunidad) y adentrarme en la senda luminosa que conduce al centro del bosque
a la planicie sin arrugas
al momento álgido en que todo comunica con todo
(como la piedra azul que entabla conexiones cuando, a oscuras, irradia)
a la soledad de hombres, no de los nombres
de los seres que he descubierto
lejos de vosotros, cerca de todo los demás:
en mi yo más alejado de mí, en mi
real y perfecta
despersonalización.
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Si nadie confiaría en un áspid que aparenta dormir, ¿por qué vas a hacerlo tú en tu espíritu frío?
Te esperan
a) largas caminatas por parajes desconocidos
b) tropezones sin fin
c) una extensa colección de imágenes salvadas / del olvido de nadie
d) el amor de una lumbre casual, no alimentada por combustible alguno
e) amantes innominadas, todas negras y tatuadas en el pecho
f) cartas arrojadas a la cuneta del tahúr
g) un abanico medio cerrado, desvelando apenas su estampa al completo
y, sobre todo, te aguarda
h) la botella llena de la energía preservada
si eres capaz de mantenerla con el tapón intacto.
Te espera, muchacho, de nuevo
LA POSIBILIDAD
Crecer no es lo mismo que profundizar
Contra el falso prestigio del crecimiento, esa palabra con la que muchos designan la simple acumulación
Contra la inflación de materiales coleccionados en los cajones, por si algún día se desborda un papelillo que nos indique: por ahí se llega adonde vas
Contra las alacenas, las estanterías, las cómodas y los baúles
Contra el aluvión, yo clamo, de naderías pertechadas de aspavientos
A favor, yo, en cambio
QUIERO
Menos de todo
y nada de más
Un sólo dedo en el tintero y los demás, entrecruzados sobre el timbre que figura delante de la puerta (la de la posibilidad y la de las múltiples ocasiones aún no pergeñadas)